El espacio cuenta con una historia muy perruna, un 4 de octubre de finales del siglo XIX, hizo su aparición en el café de Fornos un perro callejero negro, que se coló en el salón buscando algo de comer acercándose a la mesa donde comía el marqués de Bogaraya.A éste le hizo gracia el chucho y le dio una chuleta y, de paso, le puso de nombre Paco por ser el santo del día San Francisco de Asis.

El perro Paco comenzó a pasearse y hacerse conocido por los bohemios e ilustres parroquianos de los cafés madrileños.Tan famoso se hizo que los periodistas no perdían detalle de sus reacciones.

El 21 de junio de 1882 estaba en la plaza de toros, y entre los abucheos del público, el perro saltó al ruedo a protestar por la horrible faena, con tan mala fortuna que el diestro tropezó con él y, airado, le estoqueó dejándole malherido, Paco, murió días después.