ANDALUCÍA
ROMANCE

Andalucía entre el siglo XVIII y XIX empieza a precisar sus raíces más características y peculiares que hoy la definen. El Andaluz es una mezcla de culturas milenarias, desde los tartesos hasta los musulmanes, pasando por los fenicios y visigodos, y terminando por la reconquista de la península con la derrota del Reino Nazarí.
Escenificamos la vida de la época, su mercado, sus tabernas y rincones, impregnado de ese aspecto rural que lo caracterizaba, ya que el trueque entre la artesanía y materias primas era lo usual y cotidiano.

La piconera, el mesonero y el aguador dan esa pincelada tan característica que junto al cantaor y guitarrista crean ese duende que sólo en Andalucía se vive. El arte pasa por la música de Albeniz en el ambiente y por los pasodobles tan famosos que acompañaban a la siempre viva fiesta nacional(Los toros).

 

La pintura andaluza de aquellos tiempos está representada por Julio Romero de Torres, plasmando la semblanza de la morena andaluza, y la gracia en la florista y la canastera, y como no podía ser de otro modo la picaresca con trileros y bandoleros.

 

La noche transcurre por esta escenificación, donde hogueras van calentando el ambiente al caer de la noche. Una vez transcurrido los primeros momentos, se adentra en el mercado los vendimiadores y campesinos que vuelven de la dura jornada del campo, y como no podía ser de otra forma, caminan cantando y bailando terminando al compás de una caja alrededor del fuego, donde se conjugan los distintos palos del cante hasta terminar en una juerga gitana de las auténticas.